La teja es un gran material para cubrir tejados, es la pieza fundamental con la que se forma la cubierta y que sirve para canalizar el agua. Hay tejas de diversos tipos, formas y materiales utilizados.
Las tejas se caracterizan por su durabilidad, por lo que la reutilización de tejas ya empleadas en construcciones que se van a derribar actualmente, está a la orden del día. Darle una nueva vida a la teja vieja y emplearla en un edificio de reciente construcción le dará un aspecto anejo y tradicional a un precio económico, además de ser un recurso sostenible.
La ventaja de la reutilización es que desaparece el residuo, en este caso las tejas viejas, y se convierte en producto “nuevo”. Se impide la contaminación y se reconvierte su utilidad en un nuevo proceso, sin alterar los productos en forma ni propiedades.
Los colores y tonalidades de las tejas varían según el material utilizado en la fabricación, además de la exposición al desgaste que hayan tenido. Las tejas tienen un alto coeficiente aislante gracias al sistema de colocación, unas sobre otras.
Las tejas cumplen la función de proteger el hogar, además de servir de decoración. Son más que un detalle visual, son aislantes térmicos y acústicos, imprescindibles en cualquier construcción. Cubrir la terminación de la construcción con tejas, dando lugar al tejado, es una técnica procedente de la Antigua Grecia, con la finalidad de aislar y proteger el hogar de agua acumulada, nieve o calor y frío excesivos.
Además proporcionan una decoración inigualables gracias a sus diversos estilos y formas logrando adaptarse a estilos arquitectónicos tanto tradicionales como vanguardistas.